Guatemala, septiembre 16 de 2010. “El trabajo que está efectuando la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala es histórico y un ejemplo para el continente, y nos toca a la sociedad civil internacional y a los que trabajamos en el campo de la justicia transicional acompañar este esfuerzo”, expresó Javier Ciurlizza, Representante del Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ).
Lo anterior fue manifestado por Ciurlizza en el panel “Cambiando la cultura de la impunidad: La CICIG vista desde afuera”, evento que fue organizado por el Foro de ONG Internacionales, FONGI, de la cual es integrante el ICTJ.
A criterio de Ciurlizza, la presencia de la CICIG en el país es fundamental para continuar con la investigación de casos, en los cuales están involucrados cuerpos ilegales de seguridad. “Los éxitos que la CICIG ha alcanzado hasta ahora, han devuelto la esperanza y cambiado el estado de ánimo de muchos guatemaltecos”, comentó.
Ciurlizza espera que la experiencia de la Comisión en Guatemala se traslade para otros países, porque dijo que el flagelo de la impunidad y criminalidad organizada es transnacional, y que son insuficientes los esfuerzos de las autoridades nacionales.
“Aparentemente El Salvador ya lo pidió, y aparentemente Honduras lo pedirá, pero muchos otros países están observando lo que ocurre en Guatemala y aprendiendo estas lecciones; ojalá que alguna vez exista un mecanismo internacional contra la impunidad en América Latina”, enfatizó.
Ciurlizza advirtió que si las autoridades de los países de la región no frenan el avance del crimen organizado, en 30 años lamentarán la muerte de medio millón de personas, como consecuencia de esa criminalidad.
“Como lo demuestra la realidad de México, en donde las cifras oficiales revelan que han sido asesinadas 26,000 personas en los últimos cuatro años. La cantidad de muertos provocados por este tipo de criminalidad superará a las víctimas producidas por todos los conflictos armados en la región en los últimos 20 años”, enfatizó.
Agregó, que en el mismo período, en siete países de la región -incluyendo México- han sido asesinadas 60 mil personas, como consecuencia de la criminalidad organizada, y que no son suficientes los mecanismos judiciales para enfrentar este flagelo.
Por esa razón, Ciurlizza calificó el trabajo de la CICIG como un “laboratorio fascinante de lucha contra la impunidad”, pero enfatizó que además de los actuales éxitos de la Comisión, es esencial que los gobiernos expresen y desarrollen una voluntad política de lucha contra cualquier forma de criminalidad.