NOTICIA 022
La amenaza que representa para una democracia la incrustación de los Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad (CIACS) fue analizada por expertos en el foro “Los nuevos caminos de cooptación del Estado”, organizado por la Fundación Mirna Mack, la Universidad Rafael Landívar, Asies, la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado, Impunity Watch y Open Society Foundations.
En la actividad participaron: el Doctor Luis Jorge Garay Salamanca, economista y consultor de Colombia; el Doctor Samuel González Ruiz, abogado y consultor de México; el ex Vicepresidente Eduardo Stein Barillas; y el Comisionado Iván Velásquez Gómez. Moderó la actividad la abogada Anabella Morfín.
“La criminalidad es un capital político, social y también cultural, de tal manera que no debemos entender que la misma sólo se refiere a infracciones o delitos de tipo económico, sino que en la medida que avanza estamos hablando de interacciones con apariencia de legalidad en la instancias políticas, sociales y culturales”, explicó.
Agregó, que estas estructuras se están expandiendo a nivel mundial y es más difícil controlarlas, por lo que es necesario que exista una coordinación transfronteriza con los estados con el fin de identificarlas y desarticularlas.
“Estas nuevas redes ilícitas están integradas por agentes abiertamente criminales, y entre agentes que se mueven entre lo legal y lo ilegal; estas redes aprovechan la tecnología y la versatilidad para tener la facilidad de desarticularse en un lugar y tener presencia en otro”, resaltó.
Fortalecer al Estado
“Se debe capacitar a fiscales y policías para que tengan conocimientos sobre las nuevas formas de investigación y de esta manera puedan identificar a los agentes que están al servicio de las redes criminales”, aseveró.
Señaló que el fenómeno de la corrupción se puede combatir por las vinculaciones internacionales del lavado de dinero que estos grupos tienen a nivel mundial ya que el “dinero siempre deja huella”.
Afirmó que estos grupos están generando nuevas actividades de enriquecimiento ilícito y lavado de activos. “Ante las carencias existentes, las CIACS han transmutado e infectado a lo interno de las instituciones del Estado”, aseveró Stein.
Al servicio del crimen organizado
“En la actual coyuntura del país, los CIACS son redes político-económicas ilícitas que se interrelacionan con el fin de ejercer control político y generar negocios rentables; desarrollan actividades políticas y económicas que se caracterizan por infiltrar prácticas políticas y transacciones ilícitas”, enfatizó.
Resaltó que los CIACS son grupos que no tienen ideología, ya que su principal afán es el enriquecimiento ilícito, y aunque no intentan violentar el orden constitucional, sí constituyen una amenaza para un estado democrático de Derecho.
Otro de los rasgos de los CIACS es generar una notable importancia a las actividades y tareas de inteligencia y contrainteligencia para asegurar el cumplimiento de sus objetivos.
El Comisionado concluyó que los CIACS son “grupos de poder real para el enriquecimiento ilícito y generar impunidad, no son una actividad gubernamental ni privada, son entidades adaptativas mixtas y transicionales, que se desplazan entre lo público y lo privado, entre lo gubernamental y lo empresarial, entre lo lícito e ilícito, entre lo informal y lo formal”.
Introducción por Licda. Anabella Morfín
Dr. Luis Jorge Garay Salamanca (Colombia)
Dr. Samuel González Ruiz (México)
Dr. Eduardo Stein Barillas (Guatemala)
Lic. Iván Velásquez Gómez (Comisionado CICIG)
Conclusiones por Licda. Anabella Morfín