COMUNICADO 009
El día de hoy declaró desde la ciudad de Nueva York y a través de videoconferencia, el ex gerente de Crédito Hipotecario Nacional (CHN), José Armando Llort Quiteño, dentro del juicio al ex presidente Alfonso Portillo. Llort Quiteño confirmó que el ex presidente le entregó Q30 millones en efectivo. Esto reafirma la hipótesis del MP y la CICIG sobre el caso que se lleva en contra del ex presidente.
La declaración fue recibida en el Tribunal Undécimo de Sentencia Penal en donde se efectúa el juicio contra el ex mandatario y dos de sus ex ministros (ex ministro de la Defensa, Eduardo Arévalo Lacs y de Finanzas, Manuel Hiram Maza Castellanos).
Llort manifestó que el ex presidente Portillo entregó los Q30 millones durante los días 5, 6 y 9 de marzo del 2001: “Recibí del presidente Portillo la cantidad de 30 millones de quetzales y fueron entregados por Jacobo Salán Sánchez y Napoleón Rojas en cantidades de 10 millones cada día”.
Agregó que el primer día llegaron al CHN estas dos personas a las 17:00 horas, y le dijeron que se tardaron en llegar porque contaron el dinero en casa del ex presidente Portillo. Llort Quiteño admitió que posteriormente le dio instrucciones a Salomón Abraham Molina Girón, testigo que declaró el día de ayer también por videoconferencia, para que depositara el dinero en cuentas a nombre de Llort.
En su declaración, el testigo mencionó algunas de las empresas en donde se depositaron los Q30 millones: financiera Confia, S.A, y Jallcafé, S.A., la cual admitió que era de su propiedad, así como otras empresas “de cartón” que fueron creadas para efectuar este tipo de transacciones.
Mencionó además que Luis Alberto Gómez Guillermo, quien trabajaba en el Departamento Financiero del Ministerio de Defensa, le dijo que el dinero provenía de esa cartera y que no habría problema ya que era de una “cuenta secreta” y no habría que dar explicaciones sobre el origen del dinero.
Manifestó que Portillo le solicitó varios cheques para cubrir los siguientes gastos: 4 millones de quetzales para la compra de un terreno; un reloj de 15 mil dólares; 750 mil dólares para comprar un aparato de escuchas telefónicas, y 250 mil quetzales para pagar a varias edecanes.