PRUEBAS CIENTÍFICAS CONFIRMAN HIPÓTESIS EN CASO RIVERA

PRUEBAS CIENTÍFICAS CONFIRMAN HIPÓTESIS EN CASO RIVERA

COMUNICADO  031


En el Tribunal Primero de Mayor Riesgo se escucharon los días 25 y 26 de este mes a varios peritos que han permitido al Ministerio Público (MP) continuar demostrando con prueba científica las hipótesis investigativas que vinculan a los 10 sindicados en el asesinato de Víctor Rivera, ex asesor del ministerio de Gobernación, ocurrido el 7 de abril de 2008 en la colonia Vista Hermosa, Zona 15.

Un análisis antropológico demostró cómo el sindicado Rubén Estuardo Rosales Sánchez obstruyó a la justicia y encubrió la comisión del delito. Una experta mostró gráficamente en el Tribunal que cuando el MP realizó una excavación para la búsqueda de restos humanos, la misma ya se había efectuado con anterioridad justo en ese lugar y en otra área donde existía un cementerio clandestino.

Asimismo, una prueba balística demostró cómo la pistola 9 milímetros (propiedad del acusado Juan Antonio Vásquez) fue una de las armas usadas para ultimar a Rivera. Se comprobó por medio de un cotejo entre la huella y evidencia balística localizada en la escena del crimen, que la otra arma utilizada es de calibre 0.40 que según historial de propiedad perteneció a Jorge Mario Paredes, presunto autor intelectual del asesinato de Rivera y cabecilla de un cártel de droga.

A lo anterior se suma la reconstrucción balística con la cual se demostró cómo se materializó el ataque contra Rivera porque se señalaron los ángulos y trayectorias de disparos, así como las características del vehículo utilizado por los agresores.

Se evidenciaron las contradicciones entre los testigos propuestos por la defensa del sindicado Rubén Estuardo Rosales Sánchez quienes manifestaron desconocer al acusado. También los testigos de la defensa del acusado César Augusto Paiz Córdova intentaron contradecir el contenido de la evidencia científica al manifestar en el Tribunal que se trataba de una broma lo expresado en la llamada telefónica que fue interceptada por las autoridades judiciales. En la misma los interlocutores manifestaron que Paiz Córdova era uno de los llamados a reemplazar a su primo Jorge Mario Paredes como cabecilla del cártel de droga.

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