NOTICIA 019
(Tomado de El País, España)
En el verano de 1984, Giovanni Falcone escucha durante 45 días seguidos a Tommaso Buscetta, “el capo de los dos mundos”, el hombre clave de Cosa Nostra en el tráfico de drogas entre Sicilia y Estados Unidos. Solos los dos en un calabozo de Roma —Falcone ya no se fía de nadie—, el capo habla y el juez rellena con su pluma estilográfica 329 folios de confesiones. El mítico Buscetta se convierte en el primer gran arrepentido de la Mafia siciliana. Da nombres, cuenta las divisiones entre las familias, reconstruye para el juez viejos crímenes no resueltos. Al final, antes de despedirse, el mafioso, que entonces tiene 56 años, regala al juez una advertencia.