Comisionado: "Todavía no se ha llegado al punto de no retorno en la lucha contra la impunidad"

Comisionado: "Todavía no se ha llegado al punto de no retorno en la lucha contra la impunidad"

 NOTICIA 011 | Foto: Fundación Right Livelihood Award.


El Comisionado Iván Velásquez Gómez participó en una Conferencia en la Universidad California Santa Cruz: “Una experiencia exitosa en el combate contra la corrupción en Guatemala”, donde habló sobre la creación y labor de la CICIG, así como los obstáculos que se han presentado para continuar con el avance de la lucha contra la impunidad y corrupción en el país.

La actividad fue organizada por dicho centro universitario y la Fundación Right Livelihood Award, en la cual asistieron estudiantes y autoridades académicas.

Creación y mandato

En su discurso el Jefe de la CICIG destacó que la Comisión fue creada a través de un convenio entre el Gobierno de Guatemala y la Organización de las Naciones Unidas cuyo mandato fundamental se diseñó alrededor de una aspiración propia del optimismo reformista que se genera en las sociedades cuando salen de un largo conflicto interno: la construcción de democracia.

“Bien sabían que uno de los más grandes obstáculos para lograr avanzar seriamente en ese proceso era la existencia de los cuerpos ilegales y aparatos clandestinos de seguridad (ciacs), organizaciones criminales de altísimo poder a cuyo desmantelamiento se había comprometido el Gobierno desde el más temprano acto de entendimiento con la insurgencia, contenido en el Acuerdo Global de Derechos Humanos firmado el 29 de marzo de 1994.

Agregó que ese concepto de los ciacs ligado a la contrainsurgencia no podía entenderse estático. Por el contrario, la evolución del Estado y de la sociedad, la mayor apertura democrática -por lo menos formalmente- hizo que los ciacs se adaptaran a los nuevos tiempos y se convirtieran en lo que hemos denominado redes político económicas ilícitas (rpei)que se organizan de manera oculta para realizar actividades legales e ilegales con tres propósitos bien definidos: 1) acumular y ejercer poder ilegítimo público o privado, 2) enriquecerse ilícitamente y 3) generar impunidad para sus miembros y aliados.                             

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“Para lograr el cometido de erradicar los ciacs, se le confirió a la CICIG capacidad para realizar investigaciones independientes que permitieran determinar la existencia de esos grupos, su estructura, forma de operar, fuentes de financiamiento y posible vinculación con entidades o agentes del Estado y contribuir con el Ministerio Público en la investigación y persecución penales de tales organizaciones”, manifestó.

Además señaló que el Acuerdo faculta a la CICIG formular propuestas de políticas públicas y reformas jurídicas e institucionales con el fin de erradicar y prevenir la reaparición de los ciacs.             

Investigación    

El Comisionado Velásquez destacó que en materia de investigación se diseñó -a principios del 2014- un plan que pretendía verificar en todos los poderes públicos algunas hipótesis que se habían conocido sobre graves hechos de corrupción, plan de investigaciones que se empezó a ejecutar desde entonces y que alcanzó su primer resultado a mediados del 2014 al descubrir un gran foco de corrupción en el sistema penitenciario, seguido del que se constituyó en un hito en la historia judicial y social guatemalteca, el conocido caso “La Línea” el 16 de abril del 2015 y culminó, en su primera etapa, con el que se llamó “Cooptación del Estado de Guatemala”, presentado el 2 de junio del 2016.

 “Ello ha permitido dejar al descubierto la corrupción en los sistemas de salud, aduanas y penitenciario; en los organismos Judicial, Ejecutivo y Legislativo; los vínculos entre la política y la corrupción, entre el lavado de dinero y la política; las relaciones entre jueces y abogados constituidos en bufetes de la impunidad; de redes de narcotráfico y poder local; de empresarios financiando ilícitamente campañas políticas y obteniendo los beneficios de la contratación estatal o de las concesiones públicas, para citar algunas de las investigaciones que en este intenso período se adelantaron y que tienen en prisión o, en todo caso, vinculados a proceso o condenados a un expresidente de la República y a su exvicepresidenta; a 5 exministros; a 3 expresidentes del Congreso y varios diputados; a 2 magistrados de la Corte Suprema de Justicia y algunos jueces (…), detalló el Comisionado, entre otros casos.

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 Resaltó la participación ciudadana y el papel de los medios de comunicación para alcanzar dichos logros en el sistema de justicia guatemalteco.

Obstáculos

El Comisionado señaló que uno de los más grandes obstáculos para lograr avanzar seriamente en ese proceso era la existencia de los cuerpos ilegales y aparatos clandestinos de seguridad, que son redes político económicas ilícitas, que se resisten a desaparecer.

Por ello dijo que  la lucha contra la corrupción en Guatemala demanda acciones mucho más profundas, amplias y persistentes que permitan identificar y desarticular dichas más enraizadas en el tiempo, “algunas de ellas bastante mimetizadas, actuar además contra las estructuras territoriales y simultáneamente impida recomponerse a las que se han visto afectadas por la acción de la justicia”.

“Todavía no se ha llegado al punto de no retorno en la lucha contra la impunidad en general y contra la corrupción en particular, de manera que la contraofensiva que desde el último trimestre del 2016 se desató por esas estructuras que se resisten a desaparecer debe ser derrotada, logrando de una parte prontas condenas para los responsables de esos crímenes y de otra superando la desinformación a cuyo amparo se pretende presentar como persecución todo este accionar del Ministerio Público que la CICIG acompaña, tratando de convertir el proceso de liberación del Estado capturado en una guerra ideológica, como si la corrupción, lo mismo que el hambre, la enfermedad o la miseria, pudieran catalogarse como de izquierda o de derecha”, enfatizó.

Por lo anterior dijo: “Lo que está en juego en Guatemala es el retorno al autoritarismo, la amenaza al Estado de Derecho, el regreso a las prácticas impunes de la corrupción que en el pasado no tenían ni la vergüenza de ocultarse. Lo que está en juego en Guatemala es la voluntad de un pueblo, de una nueva ciudadanía que aspira a tener las riendas de su destino y que ha asumido con absoluta responsabilidad la defensa de las conquistas, pequeñas aún, tal vez, pero significativas, que aseguran un futuro de paz, prosperidad y convivencia en el que la sonrisa de los niños, de todos los niños, ilumine el rostro de sus familias, de cualquier familia!”, puntualizó el Comisionado Velásquez.

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